No sé exactamente desde cuando es que tomo café. Por mucho tiempo no me gustó, o simplemente no me interesaba tomar café. Pero fue en la Facultad donde comencé a comprar casi cada mañana un vasito de café para abrir bien lo ojos y aguantar a la maestra de Retórica que tanto gorro ponía. Café negro, americano solamente. Me dio por pensar que podría hacer unos cuantos comentarios sobre esta bebida que a muchos suele gustar y a los que no, simplemente te le hacen el feo y dicen: es que me cae mal al estómago, tengo problemas de gastritis, etc. Ok los entiendo, hay que ser moderados con todo. A manera de repaso y como recomendación o advertencia cito los siguientes lugares donde he tomado café en la ciudad de Monterrey, me hayan gustado o no. Si hay uno que merezca la vuelta ir a probarlo, avísenmeObvio, esto lo escribo bajo los efectos del café.
Café de la Facultad de Filosofía y Letras UANL: Las cafeterías de las facultades suelen estar siempre abarrotadas de gente y mucha comida para los que se lo pasan ahí todo el día quemándose las cejas y, por consecuencia ponen poca atención en el café que venden. Me imagino también que por cuestiones de espacio es que no tienen una buena máquina cafetera de esas que lo hacen al vapor, al menos en las que me ha tocado conocer de la UANL. También es cierto que finalmente no les conviene que la gente se quede ahí ocupando espacio horas y horas tomando una tasita de café, mientras la gente busca espacio para colocarse con su plato de comida. El café de ahí en un principio era medianamente bueno, recuerdo. Ya luego, como digo, les importó poco si el café era de grano molido o Decáf. Obvio, era café soluble, pero juraban que estaba recién molido.
HEB: Este supermercado ha terminado por convertirse en uno de mis predilectos para comprar varias cosas, entre ellas el café que venden ahí. Resulta que es novedoso para un regiomontano que él mismo pueda escoger su café, pesarlo y molerlo. Antes, hasta te dejaban ponerle tu mismo el precio, dándote la oportunidad de intercambiar etiquetas y cantidades. Creo que después de un tiempo se dieron cuenta de ello. Otra gran ventaja es que tu escoges la cantidad que quieras, puedes comprar 20 o 30 pesos si no traes más, which is cool, eso te dura una semana, y aparte no da tiempo para que se le vaya la frescura. Suelo comprar Coatepec, Caracolillo o Córdoba, todas con C de café.
Café Venus (Real de Catorce) Posiblemente el mejor café que he probado en mi vida. Hace algunos tres años fue la última vez que visité Real de Catorce. Pasaba por fuera del Café Venus, pero siempre se veía cerrado, tenia curiosidad, y fue hasta el ultimo día que estuve ahí que lo abrieron, iba de salida y llegué. Charly, el dueño, un alemán muy buena onda es el mismo que prepara el café y los exquisitos pasteles y el café que está recién molido y recién hecho.. Una gran taza de ese café te hace amar todo Real de Catorce y viajar despierto todo el trayecto a Monterrey. Cuando vayan búsquenlo, esta sobre la la calle principal: Lanzagorta.
Super 7: Mi recurso mas recurrente cuando se acaba el que tengo de HEB, y por que me queda frente al trabajo. Por un tiempo me acostumbré tomar café del Super 7, no me cuestionaba mucho el sabor, necesitaba uno para despertar y ya. Me gusta cuando en invierno ponen en promoción lo de un café con dona incluida por 12 pesos. Lo que no me gusta es que no respeten cuando te dicen que después de una hora el café te lo dan gratis, no es cierto, sólo una vez me ha pasado que si me lo dieran gratis, las otras veces hasta discuten el horario, y te dicen: ah, pues es lo que hay, si lo quiere vale 10 pesos.
Sanborns / Vips: Siempre he considerado los cafés que venden en estos restaurantes son como funcionales, meramente por el hecho de que su sabor no es nunca lo más rico que uno haya probado (en mi caso) y porque finalmente no te sabe del todo mal y termina uno prendido. El de Sanborns siempre me ha dao la sensación de estar tomándome un café quye tiene mantequilla, y en todo caso creo que prefiero el que venden en Vips, aunque nunca he comprado del que venden para llevar en bolsas. Puedes beber tazas y tazas porque hay siempre refill, pero también pasa que puedes llegar a tu casa a revolcarte unas dos o tres horas a la hora de querer dormir, no sé, tiene ese efecto malaonda, o será que siempre he ido por las tardes o noches.
Starbucks: La novedad en la ciudad para muchos significa: “Óorale, nunca había pensado que tomar café fuera tan padre” Un poco como pasa con los iPods, con gente que en su vida se había puesto a escuchar un disco entero (no estoy generalizando). Pero creo que la ciudad se puede hacer más cafetalera con estos establecimientos, por sus innegables atractivos. Y en sí el café de Starbucks es buenísimo, no vamos a hablar de los precios y cosas así. Creo que vale la pena pagar 16 pesos por un café americano en un vaso mediano porque el café estás muy bueno, y el lugar es agradable
Andati (Oxxo): Tanta promoción para tan mal café. Y resulta que hasta las frases promocionales son malas: “Caliente, pero fresco” ¿Qué es eso, por favor, no se les ocurre otra cosa? Suponemos que es un café fresco. Es obvio lo de la competencia con el del Super 7, pero hasta los vasitos están re-pinches, los han visto? El café en sí es malo, sabe como a tierra, lo he sentido como re-quemado, creo que casi no se les vende y harán unas 4 jarras al día, lo cual es muy poco, eso da pie a que lo tengan ahí calentándose mucho rato.
Café El Mexicano (Cumbres): Este cafecito se encuentra localizado en el segundo piso del estacionamiento del Vips de Cumbres. Es una cafetería aunque pequeña, muy agradable, tiene unas 6 mesas dentro y otras 4 fuera. Venden varios tipos de café para llevar por kilo o medios kilos y no es caro. Si lo tomas ahí te dan una gran jarra y te cobran por persona digamos, así que el café nunca se acaba. Eso si, este también es de los ponedores, bueno, cuál café no lo es? Recuerdo una de mis primeras sobredosis de cafeína, fue en este lugar, estaba queriendo conquistar a la amiga de un amigo; terminamos siendo amigos.