sábado, octubre 04, 2003

El ventrílocuo de sí mismo/ Sr. Chinarro

 
  

Lo de Antonio Luque siempre ha sido un proyecto muy personal, no sólo porque sea él quien dirija siempre la jugada, pero sí por el tono intimista que le caracteriza. Un pop que en la monotonía finca quizás la parte más sólida de un estilo casi único, donde los haya.

Tras esa voz en clave barítono, está la canción, “la misma canción de siempre”, - según el mismo Luque- que no dice nada, que carece de sintaxis en el sentido estricto y que guarda gran distancia entre la coherencia y el sinsentido a través de frases que por sí mismas sorprenden; situaciones pero no historias, referencias nunca narración. El siglo de oro de la literatura española como aliciente e inspiración para nombrarlas casi al azar: La piña conseguida, Me hipotecaré a 20 ° c, o Pelillos a la mar.

La hiperactividad creativa -o la buena relación con su disquera Acuarela- es una constante en este cantante andaluz, y es que a la fecha y desde 1994 ha facturado más de 6 discos de larga duración, dejando siempre buen sabor de boca, según sus muchos críticos.

Si bien en sus primeros trabajos (Sr. Chinarro, Compito, No se que no sé cuantos, El porqué de mis peinados) denotaban la herencia de la parte álgida de Joy División, The Cure o conjuntos afines al post punk inglés, para esta entrega cambia un poco la dirección hacia modelos más amables y accesibles:pop oscuro, susurros que sofocan. Se esconde un Johnny Marr (The Smiths) entre las cuerdas de la guitarra, rasgueos con más matíz, más notas y velocidad incluida. Una verdadera exquisitez para oídos cautos.

Acuarela Records

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