Me preguntaba mi amigazo Boris, alias Alvaro el Cheff, que de dónde venía mi nick, el mismo que lleva como titulo este post. Y me entraron unas ganas tremendas de explicarle toda la película Llámenme Mike que es de donde sale la frase. Acto seguido abrí el word y me propuse contarla lo más breve posible.
Para quien ya la haya visto, sabrá que esta es una película mexicana de culto y también que está un poco muy en el olvido, no importa que la hayan reeditado en dvd.
La historia va de un grupo de judiciales que son mandados a reventar un picadero y garito de apuestas, donde también deberán de salir con dos maletas de cocaina pura. El que es el comandante se lleva la mejor parte, por lo que, después de unos días alguien tendrá que pagar el pato ante el procurador; Miguel (Alejandro Parodi) tendrá que ser el Chivo Expiatorio. Acepta ir al bote a tocar el piano (poner sus huellas digitales y ser fichado) ya que sólo serán seis meses entre los malandros a los que él mismo había mandado encerrar. Dicho y hecho Miguel es salvajemente golpeado, le dan una zapatería que lo manda directo al hospital en donde un taladro de carpintero le atraviesa el cráneo.
Miguelito queda mas tocado que las mañanitas. Durante su recuperación se verá expuesto a empaparse de su pasatiempo favorito: leer novelas policiacas, ya saben, al estilo Hard Boiled, onda Dashiel Hammet o Raymond Chandler.
Aqui viene la parte quijotesca: En la cabeza de Miguel vive ahora un personaje de novela negra, un tipo duro y hecho a imagen y semejanza de su héroe Mikey Spillane. Para cuando llega el comandante a ver cómo sigue su muchacho y regalarle una caja de chocolates éste le dice algo así como:
¿Miguelito, cómo estás?, aquí te traigo una caja de chocolates...
A lo que éste contesta: Miguelito es el ratón, a mi Llámenme Mike.
Miguelito en plan Mike Spillane le bajará las bragas a la femme fatale imprescindible en una novela negra, aquí interpretada por una seductora Sasha Montenegro. Nuestro antihéroe, ahora Mike a secas les meterá miedo a mas de uno tratando de desenmarañar a una banda de maleantes lidereados por el rojo.
El rojo es interpretado nada más y nada menos que por ese tipazo donde los haya que era Juan José Gurrola, y que por desgracia acaba de fallecer este pasado domingo 3 de junio a causa de una afección hepática.
Lo demás de la película no me dan ganas de contarlo, pero sí de recomendarla. Aparte me acabo de eneterar de que se puede conseguir en la libreria Gandhi por poco más de 100 pesos. Me quedo con esta frase para ponerla de nick, para grafitear un poco las bardas, para decir que ésta es una verdadera película mexicana de culto o para explicarsela a los amigos como el Boris que pasa sus días en Vancouver.