 | |
Artista de Minorías, cantautor arriesgado, crooner de la narrativa caótica más elocuente; Corcovado vuelve a las tablas con mejor disposición y quizás menos apresurado y accidentado que en su anterior Corcobator. Fotografiando al corazón supone el regreso a esa balada idealizada en su época con Los Chatarreros de Sangre y cielo (La mejor alineación, según el propio Corcobado). Después de haber resentido las críticas de su anterior trabajo Corcobado se ausenta por casi tres años, para luego aterrizar en Ciudad de México. La ciudad le parece, como a muchos, tan enigmática y erótica, como peligrosa; la inspiración es evidente.
Quedan ya descartadas las explosiones sónicas y los viajes lisérgicos, que a la par de esa alteración vocal rabiosa solía pergeñar, muy al estilo de Nick Cave en Birthday Party. La poética corcobadiana se sigue sosteniendo sobre sus cimientos aunque ha dado preferencia al intrincado peso de la paráfrasis amorosa. Es muy notoria la nueva o diferente alineación de músicos, lo que más se echa de menos es el saxo de Justo Bagueste, que de alguna manera marcó toda la etapa Triquinoise.
Sin las utilización de elementos electrónicos, al menos en el sentido estricto, el disco tiene algo de ello, la producción emana cierta frescura, tanto en el sentido técnico-sonoro, como en lo gráfico pues finalmente Corcobado siempre ha sabido interpretar los tiempos modernos de una manera muy particular.
Baste con decir que este disco es vuelta de tuerca en la espiral paradójica de su carrera, y es también un buen momento para reconsiderar una honestidad musical como la de esta rara avis en peligro de extinción.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario