Me sigue gustando porque me sigo acordando de cuando hacía lo mismo. La anécdota
más memorable es una en que nos asaltaron otros mas grandes y más malandros que
nosotros, eran de otra colonia seguro de La Coyotera, un barrio de una reputación bastante cool,
llena de angelitos con oficios tales como yonkis, homeless, prostitutas y demás. En fin solo nos quitaron los dulces y nos amenazaron con un cortauñas, cosa que
hoy provoca risa hasta mi sobrino el mayor, que es quien sale en esta foto, y bueno ahi le
improvisamos un disfraz. En la calle también vimos unos disfraces muy buenos, un niño
con un cuchillo de plastico y foquitos en la cabeza, un Dart Vader regordete, una pandillita de niñas vestidas de Blanca Nieves, pero lo que más me sorpendió fue un niño, ya no tan niño que
iba en brazos de su madre, totalmente encuerado al que le habían pintado unos extraños signos
en la panza y en la cara. No aguanté la risa y me carcajee bastantito, todo con la mejor intención, lo que más lamenté de regreso fue no haberme llevado la cámara. Regresamos con las
calabazas casi llenas, claro algunos dan sólo naranjas y sí, todavia se atreven a dar dulces de colación y galletas de animalitos, wich is still cool. We love our Neighborhood!